
Animal Suave: Donald
Un muñeco de oso de peluche hecho a mano, diseñado por Donna Wilson e inspirado en el psicoanalista Donald Winnicott.
Donald es un juguete de peluche diseñado para ofrecer consuelo tanto a adultos como a niños. Cada Donald ha sido cuidadosamente bordado y ensamblado a mano en el este de Londres, haciendo que cada uno sea único. Fue creado en colaboración con la diseñadora Donna Wilson.
Donna Wilson fundó su empresa en 2003 después de hacer criaturas tejidas para su exposición final en el Royal College of Art. Las criaturas se agotaron y desde entonces ha construido su negocio diseñando y fabricando una colección de cojines curiosos, lujosas mantas de lana de cordero y una variedad de productos para ti y tu hogar.
Donna dice:
"Fue una comisión maravillosa trabajar con The School of Life en un juguete transicional. Mi propio oso de peluche era mi posesión más preciada cuando era pequeña, y me encantó la idea de crear este objeto simbólico para adultos o niños. Donald no es un oso de peluche común; tiene mucho carácter en su rostro bordado y parece que guardaría todos tus secretos. Está hecho de la lana de cordero más suave y lleva pantalones cortos tejidos y acogedores que lo hacen destacar entre la multitud."
El psicoanalista inglés Donald Winnicott fue la primera persona en escribir de manera seria y sensible sobre el asunto de los osos de peluche. En un artículo de principios de los años 60, Winnicott describió a un niño de seis años —cuyos padres habían sido profundamente abusivos con él— que se conectó mucho con un pequeño animal que su abuela le había dado. Cada noche, tenía un diálogo con el animal, lo abrazaba cerca del pecho y derramaba algunas lágrimas sobre su pelaje suave, manchado y grisáceo. Era su posesión más preciada, por la que habría renunciado a todo lo demás. Como el niño resumió la situación a Winnicott: ‘Nadie más puede entenderme como puede el conejito.’
Winnicott sabía que el bienestar mental depende de tener a mano un repertorio de voces internas más suaves, indulgentes y esperanzadoras. Para seguir adelante, hay momentos en que una parte de la mente necesita decirle a la otra que la crítica es suficiente: que entiende, que esto podría pasarle a cualquiera, que no se podía saber... Es este tipo de voz benevolente indispensable la que el niño comienza a ensayar y ejercitar con la ayuda de un animal de peluche.
Si nuestro desarrollo ha ido bien, lo que se probó en presencia de un animal de peluche debería continuar durante toda nuestra vida. Todo adulto sano debería poseer la capacidad de auto-cuidado: es decir, de retirarse a un espacio seguro y apartado y hablar en un tono que sea amable, alentador e infinitamente indulgente. Debemos honrar a los animales de peluche por lo que realmente son: herramientas que nos ayudan en nuestros primeros pasos en el vital arte de saber cuidarnos a nosotros mismos.
Juguete suave de lana de cordero de 32 cm de alto | Ensamblado a mano en Londres | Folleto de apoyo